El símbolo de la Orden de los Trinitarios, quienes propagaron la advocación del Remedio, es una Cruz que presenta 2 versiones:
– Una primera versión de cruz patada, cuyos extremos presentan unos ensanches que semejan «patas», con la misma disposición vertical roja solapada a la horizontal azul.
– Una segunda versión de cruz de franjas sencillas, que consiste en una franja roja vertical, superpuesta a otra azul horizontal, ambas del mismo tamaño.
Aunque la segunda versión de la cruz se considera más actualizada por representar a los reformados de la Orden de Trinitarios (los Descalzos), parece ser, según algunas fuentes, que la forma de franjas sencillas era el primer modelo de sus fundadores, a la cual quisieron retornar los reformadores.
Respecto a los colores, existe, no obstante, un tercer color, que pasa desapercibido muchas veces a las fuentes hagiográficas, que es el blanco, como fondo donde se traza la cruz bicolor. Este es el sentido que presentaban los primeros hábitos de la Orden, que se acompañaban de un escapulario de color blanco, que disponía de una abertura para introducir la cabeza y dejaba caer hacia la espalda y hacia el pecho sus extremos; en la parte delantera figuraba la cruz bicolor.
Los tres colores de la cruz, de base provenzal, se ha identificado por algunos autores con los 3 colores de la bandera francesa, como símbolos inconfundibles del país galo; si bien, es evidente, que sería en todo caso al revés. Son muchas las explicaciones que se han dado a esos colores, desde las simples que los asocian a cada una de las personas de la Trinidad a las más teológicas que quieren descubrir en la cruz trinitaria un icono-resumen de la historia de la salvación. Lo cierto es que ninguna de las explicaciones se ha impuesto a las otras, seguramente porque de este modo la cruz trinitaria puede seguir siendo un signo de liberación.
Cuando los trinitarios liberaban a los cautivos les imponían un pequeño escapulario con la cruz trinitaria. De este modo era más fácil diferenciar los liberados de los que aún no lo habían sido. Al mismo tiempo era todo un símbolo de los que quedaban «marcados» o «comprados» por Dios Trinidad para ser definitivamente libres en él. La mayoría de los cautivos liberados no se volvían a quitar ese escapulario en toda su vida, para así recordar mejor a Dios que había ido a buscarles en las mazmorras del horror y a los frailes trinitarios que sirvieron de manos de Dios, esos mismos frailes que llevaban también siempre sobre su pecho la cruz tricolor y con ello pregonaban a todos que Dios nos ama hasta el extremo.
Pero lo que es indudable es su simbolismo hagiográfico de lo que representan los 3 colores: el blanco (fondo o englobante), el azul (horizontal o yacente) y el rojo (vertical o descendente); colores identificadores de la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, respectivamente, como elementos fundamentales de la Orden. Observando, que las 2 aspas que se cruzan, no se funden en el centro, sino que se solapan entre sí y sobre el fondo, indicador de que las 3 Personas son distintas y se diferencian; pero todas forman un mismo Dios.
Muchas imágenes de la Virgen del Remedio se representan con el escapulario trinitario, con esta cruz.